Antananarivo guarda un sinfín de contrastes espectaculares que ofrecen al viajero una experiencia única. Sus calles son auténtica locura: solo hay 2 semáforos en toda la ciudad. Las aceras son tan estrechas que la gente se mueve en fila y cada poco se ve obligada a bajar a la caótica calzada.
El nombre de Antananarivo significa "la ciudad de mil soldados" en homenaje a sus guardianes militares. Por orden de la reina malgache Ranavalona I, estaba prohibido construir aquí edificios de piedra y ladrillo. Todo cambió en 1896, cuando Tana (así le llaman a Antananarivo sus habitantes) se convirtió en la capital de la colonia francesa.
Antananarivo es bastante bulliciosa y tiene un marcado encanto provincial que enamora perdidamente a todo viajero que llega aquí en busca de algo especial.
Fundada en el siglo XVII, la capital de Madagascar es relativamente joven y, por tanto, cuenta con pocos edificios históricos. Por esta misma razón, las escasas construcciones que tengan cierta antigüedad adquieren un valor especial para turistas y habitantes de la cuidad. Entre monumentos con historia destaca el Palacio de la Reina, construido en el siglo XVII como residencia de los monarcas del reino de Imerina.
Este pintoresco lago tiene forma de corazón y está ubicado en pleno centro de Antananarivo. En medio del lago se encuentra un islote, donde se erige el Monumento a los Caídos construido en honor de los soldados malgaches que participaron en la Primera Guerra Mundial.
En el sur de Antananarivo se encuentra el Jardín Botánico y Zoológico de Tsimbazaza, donde viven lémures, garzas, cocodrilos y tortugas. Este museo al aire libre fue creado por los colones franceses en 1815. Actualmente es un popular lugar de entretenimiento y un importante centro de conservación de la flora y fauna de Madagascar.
Situado cerca de la antigua estación de tren, el museo rememora la apasionante historia de Madagascar. Hace 300 años los piratas descubrieron esta isla aún sin colonizar y la convirtieron en su albergue secreto. El museo tiene varias exposiciones con numerosos objetos de aquellas épocas.
Ubicado en la colina más alta de Antananarivo, el Palacio de Andafiavaratra fue la residencia del primer ministro de Madagascar en el siglo XIX. Este espectacular edificio cuenta con una exposición permanente que abarca piezas de gran valor histórico, relacionadas con el reino de Imerina.
Una vez en Antananarivo, no te puedes perder las espectaculares vistas de la cuidad desde el Palacio de la Reina. Situado en la colina de Analamanga, este complejo real es un perfecto mirador para los que saben apreciar la belleza de un panorama tan especial.
Pasear sin rumbo por el casco viejo de Antananarivo es una experiencia estimulante para los cinco sentidos. Solo así podrás descubrir la verdadera esencia de la ciudad y sus habitantes. Un consejo: por tu seguridad, no te alejes en solitario del centro urbano.
Los lugares como la catedral de la Inmaculada Concepción y la Iglesia de Faravohitra son de obligada visita. Construida en el siglo XIX, la Catedral se encuentra en medio de edificios señoriales que pertenecían a la antigua aristocracia malgache. La Iglesia de Faravohitra está rodeada de mansiones coloniales cuyo aspecto evoca al barrio parisino de Montmartre.
Construido a finales del siglo XIX por un arquitecto francés, este colorido edificio se conoce como el palacio presidencial. Sin embargo, su título es meramente simbólico, ya que nunca fue habitado por ningún presidente.
Crocfarm es una reserva natural habitada por cocodrilos, lémures, camaleones y otras especies endémicas de Madagascar. Creada hace 25 años, Crocfarm se encuentra a 3 km del aeropuerto de Antananarivo y está abierto al público de 9:00 a 17:00.
Una vez en Antananarivo, no te puedes perder las espectaculares vistas de la cuidad desde el Palacio de la Reina. Situado en la colina de Analamanga, este complejo real es un perfecto mirador para los que saben apreciar la belleza de un panorama tan especial.
Pasear sin rumbo por el casco viejo de Antananarivo es una experiencia estimulante para los cinco sentidos. Solo así podrás descubrir la verdadera esencia de la ciudad y sus habitantes. Un consejo: por tu seguridad, no te alejes en solitario del centro urbano.
Los lugares como la catedral de la Inmaculada Concepción y la Iglesia de Faravohitra son de obligada visita. Construida en el siglo XIX, la Catedral se encuentra en medio de edificios señoriales que pertenecían a la antigua aristocracia malgache. La Iglesia de Faravohitra está rodeada de mansiones coloniales cuyo aspecto evoca al barrio parisino de Montmartre.
Construido a finales del siglo XIX por un arquitecto francés, este colorido edificio se conoce como el palacio presidencial. Sin embargo, su título es meramente simbólico, ya que nunca fue habitado por ningún presidente.
Crocfarm es una reserva natural habitada por cocodrilos, lémures, camaleones y otras especies endémicas de Madagascar. Creada hace 25 años, Crocfarm se encuentra a 3 km del aeropuerto de Antananarivo y está abierto al público de 9:00 a 17:00.
La gastronomía nacional es una original mezcla de las tradiciones culinarias africanas y malgaches. El componente estrella de la mayoría de los platos de Madagascar es el arroz, acompañado de carne, marisco, verduras y queso. Los viajeros más sibaritas pueden visitar el Café de La Gare, donde se preparan auténticas obras de arte culinario basadas en las antiguas recetas malgaches.
La época menos apropiada para visitar Antananarivo, tanto por el calor como por las tormentas tropicales, es entre noviembre y marzo. De abril a octubre las temperaturas son más agradables y se mantienen entre 20 y 23 ºC. Este periodo corresponde al invierno austral y es el más idóneo para viajar a la ciudad.
El aeropuerto de Antananarivo está situado a 20 kilómetros del centro urbano. En coche tardarás aproximadamente 1 hora en llegar a la ciudad. La carretera Nº 4 y la Rue Docteur Joseph Raseta son las únicas vías pavimentadas que conectan el aeropuerto con Antananarivo. En horas punta o en condiciones climáticas severas ambas carreteras pueden presentar atascos. Otra opción es desplazarte en taxi o en minibús compartido (taxi-brousse).
No es posible llegar vía ferrocarril a Antananarivo. Actualmente, su única estación de tren, Soarano, está desvinculada del uso ferroviario y convertida en un centro comercial. No obstante, tiene un valor histórico y arquitectónico, pues se trata de un edificio colonial muy bien conservado.
Si utilizas el coche para viajar a Antananarivo desde otros puntos de Madagascar, ten en cuenta que solo un 15% de carreteras isleñas están pavimentadas. La mejor opción es alquilar un vehículo todoterreno, capaz de enfrentarse con éxito al desafío que suponen caminos rurales sin pavimento.
El transporte público de Madagascar se limita básicamente a los minibuses, llamados taxi-brousse y taxi-be. Los primeros realizan trayectos interurbanos y los segundos se mueven dentro de las ciudades. Si decides viajar a Antananarivo en taxi-brousse, tienes que estar preparado para ir en una furgoneta llena de gente y equipaje de todo tipo: desde armarios y motos hasta cabras y gallinas. Otra cosa que debes saber es que en taxi-brousse la ruta no se calcula en kilómetros sino en horas: estos vehículos se mueven a 45 km/h, por lo que la duración de tu viaje puede ser excesiva. Por otro lado, el deficiente estado técnico de muchos taxi-brousse a menudo provoca accidentes.
1. la Ciudad Alta (Haute Ville) alberga el mayor número de monumentos históricos. Entre ellos, la Catedral de Andohalo y la Casa de Jean Laborde, donde habitaba el primer cónsul francés en la isla.2. La Ciudad Baja (Basse Ville) incluye el centro urbano y la Avenida de la Independencia, calle principal de la capital. En esta zona se concentran los hoteles, tiendas y centros comerciales más importantes de la ciudad.
La forma habitual de moverse por la cuidad es en minibuses llamados "taxi-be" que, por regla general, están abarrotados de gente, cuestan menos que los taxis (aproximadamente 400 ariarys el viaje) y paran en cada esquina.
El medio de transporte más popular entre los turistas es taxi. Su precio se acuerda antes de iniciar el viaje, aunque no suele bajar de 10 000 ariarys por trayecto.
Reservar un coche de alquiler puede ser muy práctico si vas a visitar localidades cercanas a Antananarivo, como Manjakadriana o Fenoarivo. El coste aproximado de un vehículo de alquiler es a partir de 50 000 ariarys por persona.
Los viajeros suelen comenzar su jornada de compras en la Avenida de Independencia. Esta bulliciosa calle cuenta con numerosos puestos de venta ambulante, donde se vende de todo: desde souvenirs hasta trajes tradicionales africanos pasando por la comida de mascotas. Continúa tu tour de compras en el centro comercial La City Centre, donde te esperan boutiques de ropa, joyería y cosmética. No olvides visitar tiendas Le Village Maquettes De Bateaux y I'Art Galerie, en las que puedes comprar souvenirs de madera y artículos de arte.
La mayoría de habitantes de Antananarivo tienen un nivel de vida muy humilde. Sus sueldos mensuales suelen oscilar entre 100 000 y 960 000 ariarys (entre 30 y 290 $), de modo que el coste de vida en la ciudad es también bastante bajo, sobre todo para un turista occidental. Por ejemplo, reservar una habitación en un hotel de 3 estrellas te costaría unos 71 000 ariarys y en uno de 4 estrellas, a partir de 140 000 ariarys. Asimismo, un litro de gasolina cuesta 4000 ariarys, la comida en un restaurante, desde 5000 ariarys, y una cerveza, desde 2000 ariarys.