Mauritania, por encima de todo, es desierto y playas interminables, una combinación que la ha convertido en un paraíso natural y que le permite tener dos lugares de máximo interés, como el parque nacional del Banco de Arguin y las ciudades de Ouadane y Chinguetti.
El Sahara Adrar es la imagen habitual de un desierto soñado por ser una continuación de dunas de arena interminables. Allí encontrarás las ciudades Ouadane y Chinguetti, declaradas como Patrimonio de la Humanidad.
La capital de Mauritania, Nuakchot, es una urbe con un gran atractivo gracias a la mezquita saudí Mosque, la galería Zeinart o el Museo Nacional, así como el puerto de la ciudad.
Esta reserva natural fue declarada Patrimonio de la Humanidad por sus kilómetros de costa y por la gran cantidad de aves que se pueden apreciar en su visita.
Es uno de los pocos lugares del país con vegetación, gracias a los manglares y a los bosques de acacias, que son el hábitat de jabalíes, monos y lagartos.
En los últimos años, Nuadibú se ha convertido en un destino ideal para los amantes del surf. Esta localidad cuenta con playas con olas largas y perfectas, además de con unos carismáticos naufragios en la arena.
En los meses de julio y septiembre, puede haber inundaciones en la capital, por lo que no se aconseja en esta época. Por ello, es mejor viajar allí entre octubre y marzo, cuando es la época seca y no hace excesivo calor (alrededor de 25 °C) para visitar el desierto.
Los ciudadanos europeos deben adquirir un visado al llegar al aeropuerto de Nuakchot que permite visitar el país un máximo de treinta días. El precio de este permiso es de 2250 MRU (55 EUR), aproximadamente.
El aeropuerto internacional de Nuakchot es la vía de entrada al país y tiene conexiones con París y Lisboa, además de con algunas ciudades africanas, como Casablanca. Para ir desde España, lo mejor es hacer escala en la capital de Marruecos, ya que los precios rondan los 16500 MRU (400 EUR).
Si quieres viajar con tu propio vehículo desde España, puedes hacerlo viajando, primero, en ferri a Marruecos y, después, atravesando el país hasta el Sáhara Occidental, desde donde se cruza la frontera a Mauritania para llegar a Nuadibú.
La ciudad de Nuakchot cada vez tiene un mayor abanico de opciones de alojamiento, aunque es cierto que se ha especializado en los hoteles de nivel medio y alto para viajeros de negocios. Por su parte, en el desierto, las opciones son variadas y se puede disfrutar de un campamento económico con una carpa, así como también de un lujoso hotel en plena arena.
No hay opciones de transporte público en las ciudades, más allá de los taxis compartidos, que tienen tarifas que rondan los 80 MRU (2 EUR).
El tren solo es una opción viable para viajar de Nuadibú a Zuérate, aunque no es un medio de transporte propiamente dicho, sino una atracción pensada únicamente para turistas. El precio es de alrededor de 2500 MRU (60 EUR) en la clase más económica.
No hay autobuses como tales para unir las principales ciudades, pero operan los "taxi-brousses" y los minibuses compartidos, que verás en los núcleos urbanos sin necesidad de buscarlos.
Alquilar un coche representa una buena opción para recorrer el país, pero debes acostumbrarte a los controles policiales. El precio, eso sí, no es económico, ya que cuesta unos 6500 MRU (160 EUR) por día.
Hay rutas aéreas entre las ciudades de Nuakchot y Nuadibú, así como desde la capital a la ciudad de Zuérate, gracias a Mauritania Airlines. Los precios para el primer destino rondan los 2500 MRU (60 EUR), mientras que, para el segundo, la tarifa es de alrededor de 6000 MRU (145 EUR).
Mauritania es un país relativamente económico para visitar, ya que puedes disfrutar de un día de turismo de rango medio-alto por apenas 4000 MRU (100 EUR) con todos los gastos incluidos. Por ejemplo, cenar en un buen restaurante cuesta apenas 500 MRU (12 EUR), mientras que una excursión con guía ronda los 3000 MRU (75 EUR).