En ningún lugar, lo antiguo se mezcla con lo moderno como en Jerusalén. Esta ciudad es sagrada para 3 de las principales religiones del mundo: el islam, el judaísmo y el cristianismo. Con todo, su increíble importancia religiosa es solo una parte de su condición de capital vibrante y epicentro cultural.
La ciudad vieja de Jerusalén concentra la mayor parte de la atención de las guías turísticas, pero cada vecindario aporta su encanto particular al conjunto. El arte, la gastronomía, la vida nocturna y mucho más atraen a visitantes a este próspero núcleo urbano.
Tanto si estás interesado en la historia antigua de la ciudad, con más de 3000 años a sus espaldas, como en sus animados mercados, amarás Jerusalén.
La historia antigua y moderna de Jerusalén proporciona innumerables vivencias y lecciones. Mencionada con frecuencia en el Antiguo Testamento, aparece en registros escritos desde el siglo XIX a. C.
Jerusalén ha sido el hogar de diversas culturas durante milenios. Cada una ha aportado sus propias tradiciones. Actualmente, las galerías de arte, distribuidas por toda la ciudad, reflejan una mescolanza creativa única.
El Muro Occidental o de las Lamentaciones es uno de los enclaves religiosos más famosos del planeta. Este resto del Monte del Templo destruido por los romanos es uno de los lugares más sagrados para los judíos.
Cambiando de religión y centrándote en el islamismo, el Monte del Templo alberga mezquitas importantes que, según la tradición, contienen el punto desde el cual Mahoma ascendió al cielo. Los interiores de las mezquitas no son accesibles para los no musulmanes, pero debes visitar la zona.
Algunos de los pasajes más conocidos del Nuevo Testamento tuvieron lugar en Jerusalén, donde puedes visitar el Monte de los Olivos, la Tumba de Lázaro y el Cenáculo o Sala de la Última Cena.
La mayor concentración de sitios religiosos se encuentra en la Ciudad Vieja de Jerusalén. El Monte del Templo delimita el barrio musulmán, que incluye el santuario de la Cúpula de la Roca y la mezquita Al-Aqsa. Abajo se encuentra el sagrado Muro de las Lamentaciones, donde comienza el barrio judío y sus fascinantes túneles. También debes recorrer el barrio cristiano: Via Dolorosa es la ruta por la que Jesús caminó hacia su crucifixión.
Elogiado internacionalmente por su dura, honesta y respetuosa conmemoración de las víctimas del Holocausto, Yad Vashem proporciona una experiencia profundamente emocional y reflexiva. El Museo de Historia del Holocausto contextualiza la tragedia, mientras que el Museo de Arte del Holocausto permite interpretarla. Además, el Salón de los Nombres y el Memorial de los Niños, entre otros, revelan el alcance del genocidio y homenajean la memoria de cuantos desaparecieron.
Cientos de stands conforman este mercado histórico, el lugar más animado de Jerusalén. Los vendedores se especializan en ropa, textiles, recuerdos y magníficas delicias de frutas, carne, especias y licores. Regatea por cualquier objeto que quieras. Cuando está cerrado, sus paredes mutan en galería de facto, decorada con murales del admirado artista callejero Solomon Souza.
Esta maravillosa montaña, a menudo cubierta de aceitunas, domina la Ciudad Vieja de Jerusalén. Mientras la subes quedarás maravillado por la cúpula de la Ascensión, donde Jesús dejó su última huella en la Tierra, así como por el jardín de Getsemaní, donde rezó antes de ser crucificado. La colina sagrada se convirtió en cementerio de importantes figuras bíblicas.
El famoso mar Muerto, que está a poca distancia en coche de Jerusalén, proporciona un relajante cambio de ritmo respecto a sus otros atractivos. Por lo salado de sus aguas, esta formación geológica única no puede albergar ninguna vida, ¡pero mantiene a flote a los turistas todo el día! Una experiencia inolvidable que te permitirá tomar fotografías memorables.
La mayor concentración de sitios religiosos se encuentra en la Ciudad Vieja de Jerusalén. El Monte del Templo delimita el barrio musulmán, que incluye el santuario de la Cúpula de la Roca y la mezquita Al-Aqsa. Abajo se encuentra el sagrado Muro de las Lamentaciones, donde comienza el barrio judío y sus fascinantes túneles. También debes recorrer el barrio cristiano: Via Dolorosa es la ruta por la que Jesús caminó hacia su crucifixión.
Elogiado internacionalmente por su dura, honesta y respetuosa conmemoración de las víctimas del Holocausto, Yad Vashem proporciona una experiencia profundamente emocional y reflexiva. El Museo de Historia del Holocausto contextualiza la tragedia, mientras que el Museo de Arte del Holocausto permite interpretarla. Además, el Salón de los Nombres y el Memorial de los Niños, entre otros, revelan el alcance del genocidio y homenajean la memoria de cuantos desaparecieron.
Cientos de stands conforman este mercado histórico, el lugar más animado de Jerusalén. Los vendedores se especializan en ropa, textiles, recuerdos y magníficas delicias de frutas, carne, especias y licores. Regatea por cualquier objeto que quieras. Cuando está cerrado, sus paredes mutan en galería de facto, decorada con murales del admirado artista callejero Solomon Souza.
Esta maravillosa montaña, a menudo cubierta de aceitunas, domina la Ciudad Vieja de Jerusalén. Mientras la subes quedarás maravillado por la cúpula de la Ascensión, donde Jesús dejó su última huella en la Tierra, así como por el jardín de Getsemaní, donde rezó antes de ser crucificado. La colina sagrada se convirtió en cementerio de importantes figuras bíblicas.
El famoso mar Muerto, que está a poca distancia en coche de Jerusalén, proporciona un relajante cambio de ritmo respecto a sus otros atractivos. Por lo salado de sus aguas, esta formación geológica única no puede albergar ninguna vida, ¡pero mantiene a flote a los turistas todo el día! Una experiencia inolvidable que te permitirá tomar fotografías memorables.
Jerusalén es una ciudad cosmopolita, por lo que su cocina tiene un sabor internacional. Las ensaladas de falafel son la comida local más popular, pero puedes probar platos de todo el mundo. Una cena para dos sale por unos ₪ 130. Como restaurantes recomendables, destacan Eucalyptus, que ha reinventado la llamada cocina bíblica, y Melech Hafalafel Shawarma.
Jerusalén tiene un clima mediterráneo, con veranos calurosos (temperaturas medias de unos 32 ºC) e inviernos fríos (con un promedio de 4,5 ºC). Los inviernos, además, son muy húmedos y nieva en ocasiones. Por ello, la primavera y el otoño son los momentos más agradables para visitarla.
El aeropuerto internacional Ben Gurion (TLV) está cerca de la ciudad de Lod, en la autopista 1, a 52 kilómetros de tu destino. Es reconocido como uno de los más seguros del mundo, por lo que pasarás mucho tiempo en sus controles. Cuando consigas superarlos, puedes desplazarte a Jerusalén utilizando el servicio de taxi compartido Nesher, que te costará ₪ 64.
Llegarás a la estación de trenes de Jerusalén Malha (en el barrio de Malha) usando trenes nacionales que la conectan con Tel Aviv y otras ciudades del norte. Salen cada hora, hasta las 20:00 horas, aunque esta frecuencia se reduce los fines de semana. Estos trayectos son recordados por sus paisajes, no tanto por su velocidad.
Cualquier extranjero puede conducir en Israel si tiene carné de conducir en su país de origen. Jerusalén está conectada a las principales autopistas, incluidas las 60, 50 y 1.
Estos vehículos son un recurso popular y rápido para entrar y salir de Jerusalén. Los autobuses gestionados por Cooperativa Egged conectan todo Israel. Sus viajeros se desplazan hasta Tel Aviv en una hora. La mayoría llegan a la estación central de autobuses, ubicada en Jaffa Road.
1. Ciudad Vieja es la Jerusalén de siempre, que ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Alberga sitios religiosos de influencia mundial, a los que acuden creyentes de todo el mundo. También lo hacen, por supuesto, por sus artes únicas, sus museos y su gastronomía. La Ciudad Vieja se encuentra dividida en 4 partes: armenia, cristiana, judía y musulmana. No te pierdas ninguna.
2. Ein Karem es una zona tranquila que aporta el carácter familiar y cercano que no suelen tener las grandes urbes. Sus calles se perfilan al pie de las colinas cubiertas de olivos y cipreses. Además de este encanto, dispone de galerías que exhiben el trabajo de numerosos artistas contemporáneos.
3. Jerusalén Este es una de las zonas más disputadas, porque alberga orgullosas poblaciones cristianas, musulmanas y judías, así como incontables lugares sagrados, museos y maravillas arquitectónicas. ¡Imprescindible en tu viaje!
Hay bastantes autobuses que abastecen el servicio de transporte público, pero su uso es complicado. Las rutas cambian a menudo y no suele haber mapas. Para utilizarlos, basta con subir y pagar al conductor ₪ 5,90. Aunque, sin un hebreo a tu lado, puede ser complicado. El tren ligero también es una opción popular para ir desde el noreste al suroeste. El precio de un viaje sin transferencias es ₪ 6.90.
Es fácil encontrar un taxi en Jerusalén, ya que la mayoría sirven tanto a nativos como a turistas. No resulta sencillo obtener un buen precio al regatear, por lo que te conviene estar pendiente para que enciendan el taxímetro. La bajada de bandera cuesta ₪ 12 y la tarifa por cada 1,6 kilómetros es ₪ 8,05.
Conducir por Jerusalén permite visitar la ciudad con seguridad y confort. El precio inicial para alquilar un coche ronda los ₪ 98 diarios. Sixt y Zvi Cars son las compañías habituales.
Sixt
Abundan las opciones de compra en Jerusalén, pero la más entretenida es la Ciudad Vieja, donde encontrarás de todo: desde camisetas hasta obras de arte. Eso sí, tienes que regatear. También hay centros comerciales peatonales, como el de la calle Ben Yehuda y el centro comercial Mamilla. La ropa no es barata: por ejemplo, unos jeans cuestan ₪ 366.
Hay muchas tiendas de alimentación y, generalmente, el género es bueno. Los supermercados más populares son Rami Levy Hashikma Marketing y Shufersal Sheli Agron. En ellos puedes comprar manzanas por poco más de ₪ 8 el kilo, una hogaza de pan por ₪ 7 y una buena botella de vino por ₪ 14.