Rabat, la capital de Marruecos, se encuentra junto al río Bu Regreg y posee una ecléctica y hermosa arquitectura influenciada por su pasado islámico, colonial francés y bereber. Se trata de una ciudad muy hospitalaria, moderna, con un aire jerárquico marcado que apreciarás al pasear por sus calles.
La ciudad, que se encuentra bien protegida por la policía, alberga abundantes edificios gubernamentales, como el Palacio Real de Rabat, actual sede del gobierno. Ordenada e institucional, cuenta con enclaves tan atractivos como el Mausoleo de Mohamed V, la tumba del padre de la independencia marroquí.
Entre los lugares singulares e inspiradores de Rabat conviene mencionar también el barrio judío de Rabat, la calle de los Cónsules y la hermosísima mezquita El Qoubba, cuyo acceso está prohibido a los no musulmanes.
La medina amurallada de Rabat, construida en el siglo XVII, está llena de tiendas, locales y bazares para explorar.
Disfruta de las cálidas arenas o practica surf en la playa de las Naciones, justo al norte de la ciudad. La zona de baño está limpia, pero deberás ser precavido y no adentrarte demasiado, por sus peligrosas y fuertes corrientes.
Desde la antigua Casba de los Udayas, la fortaleza histórica, hasta el Museo Arqueológico de Rabat y Chellah, una fortaleza romana que data del 40 d. C., Rabat ofrece siglos de civilización por descubrir.
Rabat dispone de numerosos espacios verdes, incluido el extenso jardín d'Essais y los encantadores jardines andaluces localizados en la Casba.
Desde sus influencias bereberes nativas hasta la cocina francesa colonial y contemporánea de Oriente Medio y Europa, la escena gastronómica de Rabat tiene mucho que saborear, incluida una estupenda capacidad para preparar mariscos frescos excepcionales.
El complejo amurallado de Chellah supone una estupenda instantánea de la vida medieval de los musulmanes, aunque en su origen fue una necrópolis. Esta fortaleza bereber cuenta con muchos detalles arquitectónicos característicos del Islam, como los altos minaretes de oración, los azulejos y las tumbas reales. Callejear por esta zona supone sentirse transportado a una época remota.
La Casba de los Udayas se encuentra junto a la Chellah, en la boca de Bu Regreg, y ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Todavía conserva, intactas, las paredes de colores brillantes, las calles empedradas, la hiedra creciendo en sus muros y los bonitos e intrincados detalles perfectamente definidos en los marcos de las puertas. Pese a su sutil parecido con Santorini, a lo que contribuyen sus calles atmosféricas y sinuosas, esta zona palpita y transmite la esencia mística árabe, por lo que resulta única e inspiradora.
La Gran Mezquita Hassan II es la más grande de Marruecos: su minarete es un rascacielos de 210 metros de altura. Si te colocas en su base y miras hacia arriba, te sentirás pequeño e insignificante. Aprecia la clásica arquitectura morisca al recorrer sus interiores palaciegos, admira sus extensas bibliotecas, sus hammams llenos de vapor, sus patios de refrigeración y sus majestuosas fuentes. En realidad, la mezquita está parcialmente construida en tierra y sobre el océano Atlántico.
La torre Hasán, que siempre fue el majestuoso minarete de una mezquita, forma parte ahora de un proyecto inacabado iniciado en 1195, que pretendía levantar una de las mezquitas más grandes del mundo. Al conservar parcialmente algunos de sus muros, sus columnas y sus rampas, proporciona una extraña sensación de mezquita al aire libre.
Los Jardines Andaluces de Rabat también poseen un acusado sentido de la mística y la belleza antiguas. Construidos por los franceses durante su período colonial, los jardines se encuentran asociados a la Casba de los Udayas. Sus pasillos están hechos de piedra y azulejos, e incluyen fuentes antiguas y cuencos de agua, plantas, flores pequeñas, perfumadas y exóticas, así como dátiles que se balancean perezosamente con la brisa.
El complejo amurallado de Chellah supone una estupenda instantánea de la vida medieval de los musulmanes, aunque en su origen fue una necrópolis. Esta fortaleza bereber cuenta con muchos detalles arquitectónicos característicos del Islam, como los altos minaretes de oración, los azulejos y las tumbas reales. Callejear por esta zona supone sentirse transportado a una época remota.
La Casba de los Udayas se encuentra junto a la Chellah, en la boca de Bu Regreg, y ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Todavía conserva, intactas, las paredes de colores brillantes, las calles empedradas, la hiedra creciendo en sus muros y los bonitos e intrincados detalles perfectamente definidos en los marcos de las puertas. Pese a su sutil parecido con Santorini, a lo que contribuyen sus calles atmosféricas y sinuosas, esta zona palpita y transmite la esencia mística árabe, por lo que resulta única e inspiradora.
La Gran Mezquita Hassan II es la más grande de Marruecos: su minarete es un rascacielos de 210 metros de altura. Si te colocas en su base y miras hacia arriba, te sentirás pequeño e insignificante. Aprecia la clásica arquitectura morisca al recorrer sus interiores palaciegos, admira sus extensas bibliotecas, sus hammams llenos de vapor, sus patios de refrigeración y sus majestuosas fuentes. En realidad, la mezquita está parcialmente construida en tierra y sobre el océano Atlántico.
La torre Hasán, que siempre fue el majestuoso minarete de una mezquita, forma parte ahora de un proyecto inacabado iniciado en 1195, que pretendía levantar una de las mezquitas más grandes del mundo. Al conservar parcialmente algunos de sus muros, sus columnas y sus rampas, proporciona una extraña sensación de mezquita al aire libre.
Los Jardines Andaluces de Rabat también poseen un acusado sentido de la mística y la belleza antiguas. Construidos por los franceses durante su período colonial, los jardines se encuentran asociados a la Casba de los Udayas. Sus pasillos están hechos de piedra y azulejos, e incluyen fuentes antiguas y cuencos de agua, plantas, flores pequeñas, perfumadas y exóticas, así como dátiles que se balancean perezosamente con la brisa.
Rabat es una ciudad en la que abundan los buenos restaurantes, los sabores exóticos y las experiencias gastronómicas inolvidables. Entre los locales gastronómicos recomendables figuran Dar Naji, Snack Royal, Bab Khebaz Café y Frituras de Sidi Fatah. Disfruta de los clásicos favoritos marroquíes, como el cuscús, a precios económicos en el Restaurant de la Libération, donde los platos principales comienzan a partir de 60 درهم. Ty Potes es uno de los muchos restaurantes franceses ubicados en la capital de Marruecos, el cual está especializado en crepes, galettes y otros platos ligeros. Por término medio, cenar en un restaurante de gama medio cuesta en Rabat unos 250 درهم.
Los veranos en Rabat son cálidos y secos, mientras que los inviernos resultan suaves y húmedos, por lo que Rabat es un destino propicio durante todo el año, con una época preferente entre abril y noviembre, cuando las temperaturas oscilan entre los 21 y 26 ºC.
El aeropuerto de Rabat-Salé (RBA) se encuentra en Salé, a unos 8 kilómetros al noreste de Rabat. Una vez allí, un taxi hasta la ciudad te costará alrededor de 200 درهم. Además, la compañía Stareo Bus ofrece un servicio de autobús expreso hasta el centro, cuyos billetes cuestan 20 درهم.
Hay conexiones frecuentes de tren desde Marrakech, Fes y otros centros importantes en Marruecos, cuyos trayectos llegan a la estación de Rabat-Ville. Desde Casablanca a Rabat, el trayecto dura una hora y su precio es de 55 درهم.
Es posible conducir a Rabat desde Agadir o Casablanca, aunque es mucho mejor contar con un 4x4 en vez de con un sedán, por las características y el estado de algunas de las carreteras.
Hay conexiones de autobús hacia y desde Rabat, así como a la mayoría de los enclaves principales de Marruecos, aunque no todos llegan a la estación central de Rabat. Desde Madrid, puedes viajar en autocar hasta Rabat a partir de 1015,95 درهم.
1. Centre Ville es la zona céntrica de Rabat, la cual incluye la medina y gran cantidad de posibilidades de compras y restauración.
2. Agdal es un rico barrio poblado por inmigrantes franceses, en el que se ubican las estaciones de tren de Rabat.
3. Ville Nouvelle es la parte más moderna, en la que se encuentra el Mega Mall y diferentes zonas comerciales y restaurantes.
Hay un servicio de dos líneas de tranvía que recorre la ciudad, cuya tarifa se sitúa en solo 6 درهم. Además, Rabat cuenta con un red más extensa de autobuses; los billetes cuestan a partir de 4 درهم.
El servicio de taxis es accesible y fiable, especialmente los taxis azules denominados Petit Taxis. La tarifa mínima es de 5 درهم y la mayoría de los recorridos por la ciudad cuestan entre 25 درهم y درهم30.
Si deseas conducir por Rabat por tu propia cuenta, es mejor que te lo pienses dos veces. El tráfico resulta caótico y los accidentes son bastante frecuentes. En cualquier caso, puedes alquilar un coche en las sucursales de Surprice Car Rentals, diRENT y Sunny Cars distribuidas por la ciudad, desde 369 درهم al día.
La principal calle comercial de Rabat es la calle de los Cónsules, donde encontrarás trabajos artesanales locales, especialmente artículos de cuero, ropa y joyas.
Carrefour y Acima son cadenas de supermercados presentes en Rabat con una buena selección de productos frescos e importados. Un litro de leche cuesta en ellos, aproximadamente, 7,50 درهم; y una docena de huevos, unos 14 درهم. Una cerveza en un bar te costaría 500 درهم; y un capuchino, 16,19 درهم.